Dulce Verdugo

(Sindrome de Estocolmo)

Regreso, aunque siendo honesto nunca se fue… Con mis próximas vacaciones entre en tensión y me deje llevar como hago siempre porque soy débil.

Simplemente te introduces un dedo a la boca y ya cerca de la garganta empiezas a moverlo, aunque algunos ya tienen su técnica especial, con dos dedos porque uno ya no es suficiente, con giros curveados al sentido inverso de las manecillas del reloj, repites varias veces este movimiento hasta que todo ese “veneno” empieza a salir lentamente de ti, lloras y casi te ahogas, pero ese es tu castigo; si tu castigo tu así lo quisiste no paraste cuando debiste mejor dicho no evitaste empezar antes de que te arrepintieras y tuvieras que sacar es “veneno” de tu sistema, ahora lloras te lastimas pero no puedes parar, si lo haces sólo demorarías más, evitas hacer ruidos fuertes ya que tu madre sabe perfectamente de tu problema y le prometiste no volverlo a hacer, y claro no quieres que descubra tu promesa rota, la misma que ya rompiste más de 5 veces.

El castigo continúa y te pones a pensar mientras terminas tu flagelo, desde hace cuanto tiempo estás así; 6 o 7 años quizá; desde que eras un adolescente todavía, cuando lo único que deseabas era verte delgado y sentirte bien con tigo mismo, dos objetivos de los cuales sólo conseguiste uno tu sabes cual, el otro crees que algún día lo consigas…

Si, lo sé, duele y lo noto porque tus lagrimas corren por tu nariz y caen al mismo tiempo que el resultado de tus arqueadas, esa mezcla de dolor, culpa, tristeza, sabores y una rara satisfacción, sigues no te detienes, respiras con dificultad, pero debes terminar sabes que lo dulce dejo de serlo y lo salado cambia por amargo y sin embargo te sientes mejor, sabes que estás haciendo bien y no te detienes, sigues… sigues.

Por fin sabes que el final llego, ¿qué como lo reconoces? Muy fácil llegaste al punto en el que las arqueadas no dan fruto y eso que antes era dolor ahora se convirtió en un placer extraño, diferente y tal vez un poco “peculiar” quisieras seguir con esa técnica tuya, se siente estupendo es casi un éxtasis de espasmos dentro del cual lo único que sabes es que estás bien, estás limpio, sano, delgado y feliz.

Aunque realmente sabes que te estás matando y no quieres ver que a veces tu peor enemigo puedes ser tu mismo…
Ciao